En esta entrada voy a intentar explicar el motivo de la existencia de aguas saladas en la provincia de Málaga, especialmente en las comarcas de Guadalteba y Antequera.
En la provincia de Málaga existen dos importantes masas de
agua salada y en la existencia de ambas tiene algo que ver la mano humana. Por
una parte el embalse del Guadalhorce, que recibe los aportes de aguas
hipersalinas del manantial de Meliones así como de arroyos salados, y por otro
la laguna de Fuente de Piedra, que tiene un origen natural pero ha sufrido
importantes modificaciones por parte del hombre para favorecer la evaporación y
aprovechar la sal.
El origen de la salinidad que presentan estas aguas del
noroeste de la provincia de Málaga se encuentra en el llamado Trías de
Antequera. Durante todo el triásico el borde de la placa Ibérica, dentro del
mar de Tetis (Thetys), debió formar una especie de laguna salada somera, que se
quedaba aislada del océano por épocas hasta llegar a secarse, produciéndose
precipitación de sales. Estos episodios se alternan con épocas de depósitos
calcáreos, que evidencian episodios de inmersión-emersión. El resultado es la
paulatina acumulación de capas de arcillas, margas y brechas ricas en yesos o
directamente de gruesos depósitos de yesos.
Estas capas ricas en yesos de edad triásica dan paso a
materiales eminentemente marinos, especialmente calcáreos, durante el mesozoico,
hasta el origen de la orogenia alpina, momento en el que los materiales sufren
algunos episodios de deformación, se pliegan, y se favorece la aparición de
cuencas sedimentarias continentales en las que se depositan materiales del
terciario (mioceno) que también pueden llegar a acumular yesos que tienen su
origen en materiales más antiguos.
El manantial de los Meliones tiene su origen en un karst
sobre yesos que alcanzan un grosor importante, y que configura una compleja red
de manantiales que alimentan a varios arroyos y terminan vertiendo al río
Guadalhorce. Se acumulan en el embalse del Guadalhorce el cual ha alcanzado una
salinidad elevada, que en las zonas más profundas supera a la del mar (las
aguas salinas son más densas y tienden a hundirse en el fondo, mientras que las
dulces que entran al embalse se acumulan en la superficie, en un efecto
denominado la trampa de salinidad o de densidad). La salinidad es debida a
yesos y sodio entre otras sales. Las aguas que salen del manantial de los Meliones
pueden llegar a duplicar la salinidad marina en función de las condiciones
ambientales.
En la laguna de Fuente de Piedra la salinidad parece
provenir esencialmente de las capas profundas de suelo (arcillas rojas del
Trías de Antequera) que sirven de base a materiales más modernos del mioceno,
que han sufrido un proceso secundario de salinización y son los que funcionan
como acuífero. Las lluvias llevan los freáticos a la superficie y las aguas
disuelven las sales del sustrato formándose así la lámina de agua salina.
Conforme avanza el verano y aumenta la evaporación el nivel de salinidad
aumenta, hasta alcanzar unas condiciones de salinidad que permiten solo la vida
de organismos extremófilos (adaptados a vivir en condiciones de vida extremas).
Estas algas forman unas películas sobre el fango de la laguna que sirve de
alimento a los flamencos.
En futuras entradas os hablaré algo más sobre los karst
sobre yesos andaluces, que forman unos espacios de extraordinaria belleza y de
un valor ecológico incalculable.
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