El Torcal es una formación
kárstica enmarcada dentro del cinturón penibético que forma un arco que
encajona al río Guadalhorce al norte y al oeste. Ocupa una zona importante de
la Serranía de Ronda, [entre la Sierra de las Nieves (o Sierra de Tolox), Sierra
del Pinar (y Sierra Cabrilla), y Ronda], siendo la formación más destacada del
penibético Sierra Blanquilla. También forma las Sierras de Teba y de Abdalajis. [Penibético hace referencia a una
formación geológica, no a las Sierras Penibéticas]
El Torcal forma un altiplano,
una especie de meseta escalonada, que ha sufrido importantes procesos erosivos
y hundimientos, que han configurado el actual paisaje de crestas y dolinas
hundidas, así como cavidades colapsadas y derrumbes, que crean los pasadizos
entre valles.
Se distinguen 4 zonas en el
Torcal:
1. Sierra Pelada, al Este del Paraje, consistente
en una extensa área de lapiaz y frecuentes dolinas. Su cota máxima es de 1.198m.
2. Torcal Alto, al Suroeste, encierra la mejor
zona de relieve kárstico del macizo. Una gran cresta rocosa, Las Vilaneras, la
separa del Torcal Bajo, situándose en ella el punto de máxima altura del
Paraje: el Camorro de las Siete Mesas (1.336 m).
3. Torcal Bajo, situado entre las dos
anteriores, es similar al Torcal Alto aunque menos espectacular. Dominan las
grandes uvalas y dolinas, así como amplios corredores no tan angostos como en
el Torcal Alto.
4. Tajos y laderas, delimitan casi perimetralmente el
Paraje, siendo más espectaculares en la cara Sur; su grandeza y variaciones
geomorfológicas les confieren un carácter sobrecogedor. Se depositan brechas
cuaternarias que sufren también procesos kársticos y aparecen dolinas.
La formación de este paraje
se enmarca dentro de la orogenia alpina. En el Torcal aparecen materiales del
Penibético, una de las zonas externas de la Cordillera Bética. La elevación de
los materiales penibéticos, originalmente marinos, al igual que el resto de las
zonas externas de la cordillera Bética (Subbético y Prebético), comienza en el
terciario, hace 25 millones de años, cuando colisionan un trozo desgajado de la
placa africana (la placa de Alborán, en concreto el bloque Subsardo) con la
placa Ibérica, lo que cierra el antiguo mar de Tetis (que separaba Iberia, que
era una isla, del continente africano mesozoico) y origina, además de las
elevaciones montañosas, la aparición del Mediterráneo. El bloque subsardo
subduce bajo la placa Ibérica por las fuerzas generadas en la dorsal del Rift
marroquí.
Los materiales que forman el
grueso de El Torcal son de naturaleza calcárea, casi exclusivamente del
jurásico. (No se consideran ni los materiales terciarios ni los cuaternarios
para simplificar la explicación). Los procesos sedimentarios duran 175 millones
de años. Los materiales jurásicos se dividen en:
1.
Calizas oolíticas
y nodulosas que se depositan durante todo el jurásico. Afloran en la mayor
parte del Torcal Alto. Son muy ricas en fósiles.
2.
Dolomías y
calizas oolíticas del Lías y el Dogger. Camorro Alto, Sierra Pelada y en el
Torcal en el Camorro de Siete Mesas y el Torcal Bajo.
3.
Calizas nodulosas
rojas y blancas, muy características de El Torcal. Se depositan en un corto
periodo del Malm (durante el Oxford). Se enmarcan en el Ammonítico Rosso.
Afloramientos dispersos entre Sierra Pelada y el Torcal Alto. Materiales recorridos
por las rutas de senderismo. Especialmente ricas en fósiles.
4.
Calizas
seudonodulosas y calizas oolíticas del Malm. Al SO y en el Torcal Bajo.
En resumen, son rocas propias
de medios marinos someros, de fondos poco profundos, en zonas de arrecifes de
coral, con un clima cálido, tropical, donde escasean las deposiciones
turbidíticas. Los materiales se forman en unas condiciones climáticas y geográficas
muy diferentes a las actuales y a las que desarrollan los procesos kársticos.
Las presiones que provocan la
elevación de los materiales calcáreos hasta hacerlos emerger de las aguas
continúan actuando en la actualidad y parece que han ocurrido episodios
recientes de elevación en todo el entorno. Estas fuerzas son las mismas que
favorecen el agrietamiento y fracturación (diaclasado) de los materiales y la aparición de fallas. Las fallas y las
diaclasas contactan de forma perpendicular favoreciendo la separación de
bloques. Además, es frecuente que los materiales calizos estén tableados, esto
es, posean capas de mayor porosidad que otras, así como capas más margosas, de
manera que la resistencia a la erosión química y física es diferencial en
función de las capas de sedimento. O sea, se suceden capas más duras y más
blandas dentro del mismo tipo de roca.
Los materiales adquieren una
conformación en forma de champiñón, con los flancos más delgados y el centro
más grueso y elevado. Sobre los flancos se favorece la disgregación de los
materiales y aparecen paredes abruptas y elevada pendiente (se depositan
brechas y piedemonte), mientras que en la zona central, las diaclasas y fallas
favorecen la aparición de procesos de meteorización química, originándose el
modelado kárstico.
Durante el terciario, cuando
los materiales se elevan, el clima en la zona sufre cambios muy importantes. Se
vuelve más seco (fascies rojas) y más frío (especialmente durante las
glaciaciones cuaternarias), de manera que se crean condiciones favorables para
la erosión química de los materiales calcáreos. El agua fría tiene mayor
capacidad de disolución de los carbonatos. Además, el hielo ejerce tracción
mecánica sobre las rocas, al acumularse entre las grietas, favoreciendo la disgregación.
Los procesos erosivos que dan
lugar al Torcal son complejos y seguramente en ellos estén implicados también
fenómenos como el viento y la colonización vegetal preferente de zonas de
grietas, que podrían explicar la erosión diferenciada que sufren los materiales
dando lugar a esas formas tan
características como en “tornillo” o tableadas típicas de la zona. Sin duda
alguna, también resulta fundamental para entender el paisaje y las formas que
lo caracterizan las características de las calizas, que combinan capas más
resistentes con otras más blandas (mayor y menor porosidad y mayor y menor
margosidad).
Hay que diferenciar dos
procesos erosivos, los que ocurren en la superficie y los que ocurren en zonas
subterráneas. En el Torcal hay una gran número de cuevas, galerías y simas, con
un enorme interés para la espeleología, así como una compleja red de cámaras
rellenas de agua, que generan un importante número de surgencias y nacimientos.
El manantial más importante es de La Villa, al norte, cerca de la localidad de
Antequera.
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