Los quercus son los árboles dominantes en la mayoría de
ecosistemas malagueños. Forman las comunidades climáticas, es decir, cuando las
condiciones ecológicas no sufren ningún tipo de desviación (ya sea
edafológioca, geológica, geográfica o hidrológica). La provincia de Málaga
posee poblaciones autóctonas de 7 especies de robles. Cada especie se ha
especializado en un nicho ecológico específico, siendo la coscoja la especie
más resistente adaptada a condiciones más duras en cuanto a la humedad
ambiental y otras como el quejigo de alta montaña que sorprenden por lo
especializado de su hábitat y la poca flexibilidad a la hora de colonizar otros
lugares.
Encina. (Quercus
rotundifolia)
La encina puede estar presente en toda la geografía
malagueña (o andaluza). Prefiere suelos calcáreos aunque también se adapta a
suelos ácidos y soporta un amplio rango de humedad. Prefiere suelos profundos aunque
también se presenta en suelos poco desarrollados donde no alcanzará la talla
óptima. Habita desde el nivel del mar hasta las alturas cercanas a los 1.200m,
si bien, a estas alturas no llega a formar masas compactas. La encina es
perenne. Su hoja es dura, más o menos amplia en función de la sequedad
ambiental y con espinas en el borde. La bellota es grande muy apreciada como
alimento. Soporta las sequías.
Su hábitat preferente son las solanas. En zonas de umbría,
en especial a partir de cierta altura, es desplazada por los quejigos o los pinsapos.
De no ser por la deforestación ocuparía la mayor parte del territorio
malagueño, formando amplias masas boscosas. Actualmente las masas de encina más
importantes se encuentran adehesadas.
Alcornoque. (Quercus
suber)
El alcornoque es el equivalente a la encina sobre suelos
silíceos (ácidos) aunque es más exigente que ésta en cuanto a condiciones de
humedad y de suelo. En condiciones de poca precipitación es desplazado por la
encina, a pesar de que los suelos sean ácidos. Por otra parte, el aprovechamiento
industrial de su corteza lo ha convertido en un cultivo y su distribución se ha
potenciado, ocupando hoy día zonas que no le son óptimas del todo, como ocurre
en amplias zonas del PN Los Alcornocales, lo que está detrás de la sensibilidad
a enfermedades.
El óptimo del alcornoque se sitúa sobre suelos ácidos y una
precipitación alrededor de los 600mm al año o superior, en una zona no
demasiado alta donde los inviernos son suaves (heladas escasas). En condiciones
más secas lo desplaza la encina y en condiciones más húmedas o más altas (donde
las heladas son más frecuentes o incluso aparece nieve) lo desplazan los
quejigos y los pinsapos.
Las litologías sobre las que se desarrollan los alcornoques
son sobre los materiales esquistosos, los materiales flysch (margosos y
arenosos muy silíceos) y materiales sedimentarios silíceos (en la provincia la
mayoría de los materiales tienen una naturaleza carbonatada).
Forma grandes masas forestales adehesadas en el oeste de la
provincia (sobre los materiales de las unidades del campo de Gibraltar, como
las areniscas del aljibe) Es un árbol perenne de bellota grande muy apreciada.
Coscoja. (Quercus
coccifera)
Las coscoja raras veces llega a alcanzar un verdadero porte arbóreo,
por lo general crece como matorral y puede llegar a formar masas vegetales muy
compactas y espesas. Crece en zonas con precipitaciones escasas sobre cualquier
tipo de suelo, en zonas con poco suelo y elevada pendiente, sobre suelos
salinos (con yesos) y conforme el suelo se hace más rico en arcillas es
desplazada por el acebuche.
En la provincia de Málaga debería ocupar amplias zonas del
valle del Guadalhorce y la Axarquía. Es sensible a las heladas y muy resistente
a las sequías. Es perenne y su bellota es pequeña, apreciada por la fauna
silvestre.
Quejigo basófilo.
(Quercus faginea)
El rebollo crece sobre las sierras calizas malagueñas a
partir de cierta altura (800m aunque depende mucho de las condiciones de
humedad). Es una especie muy exigente que requiere precipitación abundante
(superior a los 800mm al año) y suelos profundos. Prefiere las zonas de umbría.
No llega a formar masas únicas, más bien son bosques mixtos. Compite con el
pinsapo, que lo desplaza en zonas con elevada pendiente y escaso desarrollo
edáfico. Es de hoja caduca y su bellota es pequeña.
En la actualidad sus poblaciones se encuentran muy dañadas
debido al pastoreo y la explotación maderera (han sido talados para dejar paso
a los pastos en las montañas). Seguramente de no ser por esto ocuparía zonas
más amplias que en la actualidad y sí que llegaría a formar masas forestales
compactas en las sierras altas de la serranía de Ronda y en la Axarquía,
siempre sobre suelos calizos (aunque también tolera suelos ácidos y habita
también suelos originalmente básicos que debido al intenso lavado que sufren se
vuelven ácidos). Su óptimo se encontraría en la cara sur de la Sierra de las
Nieves y las sierras calizas del oeste de la provincia, donde hay abundante
precipitación y suelos básicos.
Quejigo de alta
montaña. (Quercus alpestris)
Es una especie relacionada con el rebollo. Es un endemismo
malagueño, presenta solamente en el PN Sierra de las Nieves donde presenta dos
únicas poblaciones muy envejecidas. Debió formar un bosque espeso en la
antigüedad, pero hoy día se encuentra adehesado para dejar paso a los pastos.
Habita por encima de los 1.700m en una zona de clima húmedo-hiperhúmedo, que
llega a recibir más de 1.200mm anuales de precipitación. Es caducifolio y pasa
gran parte del invierno expuesto a la nieve y el hielo, por lo tanto, su
periodo vegetativo está bastante limitado y su crecimiento es aún más lento que
el del resto de especies. Tolera suelos con escasa capacidad de retención de
agua, que a pesar de la abundante precipitación, llegan a presentar condiciones
xerófitas.
Los grandes ejemplares que aparecen en el quejigal de Tolox
superan con facilidad los 400 años.
Quejigo acidófilo.
(Quercus canariensis)
El roble andaluz habita la parte marítima oeste de la
provincia, sobre suelos ácidos y zonas con abundante precipitación (desde
Cortes de la Frontera hasta Marbella) en zonas de media montaña entre 400 y 1.000m
(es sensible a las heledas). Por encima de ellos crecen robles melojos y
quejigos rebollos (que toleran también suelos ácidos) y los pinsapos. Sus
poblaciones se encuentran en retroceso. En zonas más bajas y marítimas sufre
competencia con el pino piñonero y el alcornoque.
Crece sobre los mismos materiales que el alcornoque pero en
zonas de mayor precipitación y de inviernos suaves. Se comporta como planta
perenne o caducifolia dependiendo del año. Es raro que pierda todas las hojas
en invierno.
Roble melojo.
(Quercus pyrenaica)
El melojo hoy día solo forma masas compactas en la Sierra
Real, al sur del PN Sierra de las Nieves (Istán y Benahavis). Antiguamente
debió colonizar otras muchas zonas pero las talas lo han terminado recluyendo.
Precisa zonas con abundante precipitación y humedad, umbrías, por encima de los
1.000m. Compite con pinsapos y rebollos. Forma bosques mixtos con estos y con
otras caducifolias.
Algunas zonas de la geografía malagueña aún conservan el
nombre de robledal, aunque ya estos árboles a pensar estén presentes.
Como nota final recordar la enorme riqueza ambiental que
presenta la franja de sierras litorales malagueñas, en especial desde Casares
hasta Marbella, sin menospreciar la Sierra de Mijas, y el escaso grado de protección
que presentan. Espero que la declaración de Sierra de las Nieves como parque
nacional amplíe la zona de protección y todas estas zonas queden protegidas.
Mencionar para concluir que estas especies hibridan, pero
en los nombres de los híbridos ya me pierdo por completo.
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