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lunes, 5 de mayo de 2014

Senderismo en El Torcal: Cómo se formó el Torcal.

El Torcal es una formación kárstica enmarcada dentro del cinturón penibético que forma un arco que encajona al río Guadalhorce al norte y al oeste. Ocupa una zona importante de la Serranía de Ronda, [entre la Sierra de las Nieves (o Sierra de Tolox), Sierra del Pinar (y Sierra Cabrilla), y Ronda], siendo la formación más destacada del penibético Sierra Blanquilla. También forma las Sierras de Teba y de Abdalajis. [Penibético hace referencia a una formación geológica, no a las Sierras Penibéticas]

El Torcal forma un altiplano, una especie de meseta escalonada, que ha sufrido importantes procesos erosivos y hundimientos, que han configurado el actual paisaje de crestas y dolinas hundidas, así como cavidades colapsadas y derrumbes, que crean los pasadizos entre valles.

Se distinguen 4 zonas en el Torcal:

1.       Sierra Pelada, al Este del Paraje, consistente en una extensa área de lapiaz y frecuentes dolinas. Su cota máxima es de 1.198m. 

2.       Torcal Alto, al Suroeste, encierra la mejor zona de relieve kárstico del macizo. Una gran cresta rocosa, Las Vilaneras, la separa del Torcal Bajo, situándose en ella el punto de máxima altura del Paraje: el Camorro de las Siete Mesas (1.336 m). 

3.       Torcal Bajo, situado entre las dos anteriores, es similar al Torcal Alto aunque menos espectacular. Dominan las grandes uvalas y dolinas, así como amplios corredores no tan angostos como en el Torcal Alto. 

4.       Tajos y laderas, delimitan casi perimetralmente el Paraje, siendo más espectaculares en la cara Sur; su grandeza y variaciones geomorfológicas les confieren un carácter sobrecogedor. Se depositan brechas cuaternarias que sufren también procesos kársticos y aparecen dolinas.

La formación de este paraje se enmarca dentro de la orogenia alpina. En el Torcal aparecen materiales del Penibético, una de las zonas externas de la Cordillera Bética. La elevación de los materiales penibéticos, originalmente marinos, al igual que el resto de las zonas externas de la cordillera Bética (Subbético y Prebético), comienza en el terciario, hace 25 millones de años, cuando colisionan un trozo desgajado de la placa africana (la placa de Alborán, en concreto el bloque Subsardo) con la placa Ibérica, lo que cierra el antiguo mar de Tetis (que separaba Iberia, que era una isla, del continente africano mesozoico) y origina, además de las elevaciones montañosas, la aparición del Mediterráneo. El bloque subsardo subduce bajo la placa Ibérica por las fuerzas generadas en la dorsal del Rift marroquí.

Los materiales que forman el grueso de El Torcal son de naturaleza calcárea, casi exclusivamente del jurásico. (No se consideran ni los materiales terciarios ni los cuaternarios para simplificar la explicación). Los procesos sedimentarios duran 175 millones de años. Los materiales jurásicos se dividen en:

1.       Calizas oolíticas y nodulosas que se depositan durante todo el jurásico. Afloran en la mayor parte del Torcal Alto. Son muy ricas en fósiles.

2.       Dolomías y calizas oolíticas del Lías y el Dogger. Camorro Alto, Sierra Pelada y en el Torcal en el Camorro de Siete Mesas y el Torcal Bajo.

3.       Calizas nodulosas rojas y blancas, muy características de El Torcal. Se depositan en un corto periodo del Malm (durante el Oxford). Se enmarcan en el Ammonítico Rosso. Afloramientos dispersos entre Sierra Pelada y el Torcal Alto. Materiales recorridos por las rutas de senderismo. Especialmente ricas en fósiles.

4.       Calizas seudonodulosas y calizas oolíticas del Malm. Al SO y en el Torcal Bajo.

En resumen, son rocas propias de medios marinos someros, de fondos poco profundos, en zonas de arrecifes de coral, con un clima cálido, tropical, donde escasean las deposiciones turbidíticas. Los materiales se forman en unas condiciones climáticas y geográficas muy diferentes a las actuales y a las que desarrollan los procesos kársticos.

Las presiones que provocan la elevación de los materiales calcáreos hasta hacerlos emerger de las aguas continúan actuando en la actualidad y parece que han ocurrido episodios recientes de elevación en todo el entorno. Estas fuerzas son las mismas que favorecen el agrietamiento y fracturación (diaclasado) de los materiales  y la aparición de fallas. Las fallas y las diaclasas contactan de forma perpendicular favoreciendo la separación de bloques. Además, es frecuente que los materiales calizos estén tableados, esto es, posean capas de mayor porosidad que otras, así como capas más margosas, de manera que la resistencia a la erosión química y física es diferencial en función de las capas de sedimento. O sea, se suceden capas más duras y más blandas dentro del mismo tipo de roca.

Los materiales adquieren una conformación en forma de champiñón, con los flancos más delgados y el centro más grueso y elevado. Sobre los flancos se favorece la disgregación de los materiales y aparecen paredes abruptas y elevada pendiente (se depositan brechas y piedemonte), mientras que en la zona central, las diaclasas y fallas favorecen la aparición de procesos de meteorización química, originándose el modelado kárstico.

Durante el terciario, cuando los materiales se elevan, el clima en la zona sufre cambios muy importantes. Se vuelve más seco (fascies rojas) y más frío (especialmente durante las glaciaciones cuaternarias), de manera que se crean condiciones favorables para la erosión química de los materiales calcáreos. El agua fría tiene mayor capacidad de disolución de los carbonatos. Además, el hielo ejerce tracción mecánica sobre las rocas, al acumularse entre las grietas, favoreciendo la disgregación.



Los procesos erosivos que dan lugar al Torcal son complejos y seguramente en ellos estén implicados también fenómenos como el viento y la colonización vegetal preferente de zonas de grietas, que podrían explicar la erosión diferenciada que sufren los materiales  dando lugar a esas formas tan características como en “tornillo” o tableadas típicas de la zona. Sin duda alguna, también resulta fundamental para entender el paisaje y las formas que lo caracterizan las características de las calizas, que combinan capas más resistentes con otras más blandas (mayor y menor porosidad y mayor y menor margosidad).



Hay que diferenciar dos procesos erosivos, los que ocurren en la superficie y los que ocurren en zonas subterráneas. En el Torcal hay una gran número de cuevas, galerías y simas, con un enorme interés para la espeleología, así como una compleja red de cámaras rellenas de agua, que generan un importante número de surgencias y nacimientos. El manantial más importante es de La Villa, al norte, cerca de la localidad de Antequera.



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